jueves, 28 de abril de 2011
CENICIENTA
Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, la criaba su madrastra, que tenia dos hijas. La hijastra era quien hacia los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre manchados de cenizas, la llamaban Cenicienta. Y mientras Cenicienta fregaba y fregaba, su cruel madrastra y sus malvadas hermanastras, iban a la fiesta del príncipe. Cenicienta lloro y lloro, sabiendo que su sueño de ser una princesa, nunca se concretaría; lo que no sabía, era que se equivocaba. Y así fue que con la ayuda de su hada madrina, Cenicienta partió feliz hacia la fiesta. En el palacio las doncellas se peleaban por bailar con el príncipe, hasta que de pronto, el príncipe y todos los invitados quedaron maravillados por la belleza de Cenicienta. Así fue como Cenicienta, a pesar de sufrir tantas humillaciones, de no entender porque sus hermanastras se habían ensañado así con ella y a pesar de sentirse muchas veces sola, Cenicienta siempre podía contar con la ayuda de su hada madrina, porque las hadas madrinas siempre ayudan a la gente de buen corazón, y Cenicienta lo era. Por eso pudo perdonar a sus hermanastras, y en lugar de odiarlas, les enseño el camino a la felicidad. Un camino al que únicamente se llega si nunca pero nunca abandonamos nuestros sueños
lunes, 25 de abril de 2011
MIRAME
Pedimos a gritos desesperadamente que abran sus ojos y nos miren, que nos vean, que vean nuestro dolor y nos comprendan.
Hacemos enormes esfuerzos para no necesitar de nadie, para no necesitar de una mirada para existir. Pero somos esclavos de esa mirada, la necesitamos, como al aire. Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada, intentamos ponernos en el campo visual del otro, quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos brillar para ser mirados.
Lo curioso es que los ojos que más nos obsesionan son los que no nos pueden mirar. Pero la mejor mirada no es la que se nos niega, sino esa mirada que no vemos, la que ignoramos distraídamente.
Esa mirada inesperada, fuera de todo calculo, esa mirada que nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto nos mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo que hay detrás.
Es imposible que nos mire a una mirada vacía, vaciada. Pero lo queramos o no somos esclavos de esa mirada porque todos somos luces apagadas que solo se encienden cuando alguien nos mira.
UN NUEVO CAMINO
Para encontrar un nuevo camino hay que salirse de la huella y dejar el caminito seguro por el que andamos siempre, y animarse a lo nuevo, al peligro de lo nuevo.
Un camino nuevo tiene sobre todo dudas, miedos, preguntas. Un camino nuevo solo nos dice que nos llevará a un lugar nuevo, mejor o peor, pero eso no lo sabemos.
Un camino nuevo te puede llevar hacia un tesoro o hacia un abismo, nunca se sabe. Atrae el tesoro y da miedo el abismo. ¿Qué vas a hacer vos? ¿Te animarás?
Uno cree que llega a nuevos caminos pero la realidad es que los caminos nuevos llegan a vos.
Si queres que pase algo distinto tenes que hacer algo distinto. Si queres llegar a un lugar nuevo tenes que tomar un camino nuevo.
Avanzar sin saber a dónde llegaremos, eso es lo que asusta y atrae de los nuevos caminos.
UN PASO, YA ES EL CAMINO
Un camino nuevo tiene sobre todo dudas, miedos, preguntas. Un camino nuevo solo nos dice que nos llevará a un lugar nuevo, mejor o peor, pero eso no lo sabemos.
Un camino nuevo te puede llevar hacia un tesoro o hacia un abismo, nunca se sabe. Atrae el tesoro y da miedo el abismo. ¿Qué vas a hacer vos? ¿Te animarás?
Uno cree que llega a nuevos caminos pero la realidad es que los caminos nuevos llegan a vos.
Si queres que pase algo distinto tenes que hacer algo distinto. Si queres llegar a un lugar nuevo tenes que tomar un camino nuevo.
Avanzar sin saber a dónde llegaremos, eso es lo que asusta y atrae de los nuevos caminos.
AMOR Y OBSESIÓN
FE 2
domingo, 24 de abril de 2011
NO PODRÁS CAMBIAR
Con la puesta de sol se termina el día y todo lo que no hiciste ya no lo podrás hacer, y lo que hiciste ya no lo podrás cambiar…
QUE NOS VOLVAMOS A VER
Yo te deseo lo mejor Por si no vuelvo a verte más Y bajo mi almohada Siempre te voy a guardar Para acordarme de vos Y volverte a respirar. Yo te regalo el corazón Porque vas a cuidarlo más Todo lo vivido No se puede terminar Lo llevo en esta canción Que te quiero dedicar. Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Que tiene la vida Todo lo que querés Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Para que este cuento No termine esta vez... Yo nunca te voy a olvidar En mis recuerdos Siempre estarás O que tu alegría Nunca sepa terminar Aunque te vallas de aquí Siempre me acompañaras Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Que tiene la vida Todo lo que querés Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Para que este cuento No termine esta vez Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Que tiene la vida Todo lo que querés Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Para que este cuento No termine esta vez Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Que tiene la vida Todo lo que querés Que nos volvamos a ver, Que nos volvamos a ver... Para que este cuento No termine esta vez
viernes, 22 de abril de 2011
ESPERANZA
La esperanza está hecha de futuro. La esperanza es la que nos va a mantener vivos cuando ya no queden razones para vivir. Por eso es tan importante conservar LA ESPERANZA
VALE LA PENA
Vale la pena escuchar la verdad. ¿Vale la pena no decir la verdad? ¿Por qué vale la pena?
Vale la pena sufrir. Vale la pena ser feliz. Vale la pena una cosa y su opuesto ¿Cómo puede ser que las dos a la vez valgan la pena? ¿Cuándo, cómo, quien? ¿Qué cosa vale la pena?
Tal vez valga la pena perder para poder ganar. Tal vez valga la pena caerse para poder levantarse, equivocarse para poder acertar.
¿Vale la pena decir siempre la verdad? Algo vale la pena cuando es mayor el beneficio que el costo ¿Pero cómo se puede estar seguro de eso?
El esfuerzo, el dolor, el sufrimiento vale la pena solo si nos hace mejor, si nos hace creer.
La vida misma vale la pena de vivir. La vida trae, lleva y deja, dolores, sacrificios, odios, rencores, peligros, preguntas, también alegrías, amores, reconciliaciones, respuestas.
jueves, 21 de abril de 2011
LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS
¿Qué es verdadero y qué es falso? ¿Lo que vemos a simple vista es verdadero? ¿Podemos confiar en lo que escuchamos? ¿En qué decidimos creer? ¿Es verdadero lo que se ve y falso lo que no se ve o al revés?
No todo es lo que parece ni todo lo que brilla es oro, eso también deberían saberlo. Mucho brillo hay acá y muy poco oro. Algunos se terminan creyendo las apariencias y así viven…aparentemente viven. Pero vivir de verdad es otra cosa, amar de verdad es otra cosa. Hay que saber mirar muy bien para ver de verdad a la gente, para ver su esencia, y no su apariencia.
A veces el que parece un santo es un demonio, y el que parece un demonio es un santo.
A veces lo que brilla de verdad es una baratija y el oro, el oro de verdad, no brilla. Las apariencias no logran engañar.
Dejense llevar por las apariencias ustedes, van a terminar más desorientados que chancho en departamento.
Lo esencial es invisible a los ojos, pero igual se ve. Hay que abrir los ojos para ver que la verdad no siempre es la apariencia.
Si sabes que se viene un huracán ¿no te escondes veinte metros bajo tierra para evitarlo?
Cuando uno ve venir el quilombo tiene dos alternativas. Ir y ponerle el pecho, jugarse, o retirarse de un round que uno ya sabe desde antes que va a perder por knock-out.
Si sabes que te van a atacar mejor atacar antes ¿no? El que pega primero pega dos veces.
Si ves venir la piña, mejor anticiparse ¿no? Si sabes que te quieren meter en cana ¿No es mejor escapar? ¿No dicen que si rajas servís para otra guerra? Si sabes que te van a cortar el rostro, mejor ni tirarse a la pileta ¿no? Si sabes que te van a decir que no, ¿para qué preguntar?
Pero ¿y si te equivocas y te retiras de la cancha pero tenías muchas chances para ganar? ¿Y si atacas antes de que te ataquen pero en realidad nadie te iba a atacar? ¿Si te escapas de gusto porque nadie te iba a encerrar en ningún lado? ¿Y si vos decís que no antes de que te corten el rostro pero en realidad el otro quería decir si? ¿Y si dejas antes de que te dejen para no sufrir? Y resulta que no te iban a dejar.
Cuando me la veo venir, cuando siento que se viene la guillotina, yo no soy de las que pone la cara para el cachetazo. Es muy cobarde, ya sé. Pero es tan grande el dolor cuando te dejan que mejor dejar antes de ser dejado.
¿DÓNDE ESTÁS?
No tenemos conciencia de los errores que cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz interior que nos dice “algo está mal”. Y aunque esa vocecita está ahí seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos, casi a conciencia.
Lo ves venir. Sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo, y así todo lo haces. Ya te extraviaste, ya te vaciaste, ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste, ya te traicionaste. Y ahí te mirás al espejo y ya no te reconoces, hay otro que te mira, te pregunta “¿Dónde fuiste? ¿Dónde estás?”.
Un error lleva a otro error. Es tan fácil equivocar el camino y tan difícil volver de eso… Es un impulso, un momento irracional, y ya no hay vuelta atrás. Incluso cuando tenemos buenas intenciones un error puede cambiar todo, romper todo. Ya estás perdido, errado, extraviado, si no tenés rumbo ¿A dónde podrás ir?
Hay alertas, hay advertencias, pero no las escuchamos y vamos directo al error.
Errar es hacer algo pensando solo en nosotros y nada en los demás. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos equivocamos tanto? ¿Por qué fuimos tan débiles?
Cuando cometiste error tras error no podés ni siquiera quejarte, ni ese derecho tenés.
Corrés, te desesperás, pero cuando tomaste el desvío el tiempo de regreso es más largo. Porque en tu desvío causaste dolor, heridas que tardan mucho en sanar. El dolor se transforma en resentimiento, en tristeza vieja, inolvidable.
Ya no soy el que era, ya no sos el que eras ¿Dónde estás? ¿Dónde estamos?
Querés volver el tiempo atrás, querés volver a ser quien eras, pero ya es tarde.
Los errores del presente son las tragedias del futuro. Corrés pero ya es tarde, y mientras corrés tu alma llora, porque sabes que tendrías que haber escuchado esa vocecita, ese murmullo en tu corazón que te decía que estabas equivocando el camino.
Corrés y corrés pero ya es tarde, solo podés mirarte al espejo y preguntarte ¿Dónde estás?”
A veces siento cosas
Que no son verdad
El miedo de olvidarte
Me hace despertar
Y quiero recordarte
Tal como te ví
Sonriendome a lo lejos
Cuando me despedí
Donde estás, donde fue?
Donde el beso se hizo sal?
Donde el sueño hace mal
Y no tenerte es mortal
Donde estás, amor, amor?
Donde no estás, amor, amor
Donde estés, te buscaré
En un lugar del mundo
Te voy a encontrar
Será para los dos
No dejes de soñar
Y si por fin me olvidas
O tal vez no estás
Me pasaré la vida
Volviendote a inventar
Nunca me alejo de vos
En mis sueños
Nunca me quedo sin vos
Y te vuelvo a buscar
SI PERO NO
Un chica rapidita decimos que tiene el Si fácil ¿Pero no se trata de eso la vida? ¿De decir Si y avanzar y vivir? El si nos compromete y nos desnuda, el Si expone nuestros deseos, el Si señala que algo nos falta. Una vez más estamos ante esa decisión, que todo siga siendo no o animarse al Si y zambullirnos en la vida, esa vida que vivimos deteniendo todo el tiempo con el No.
LA MIRADA DE LOS OTROS
La gente mira lo que quiere ver, y no le interesa si es real o no. Se queda con su mirada, con su prejuicio. Si te ven como una histérica, van a tratarte como una histérica, aunque en realidad tal vez estés confundida. La mirada de los otros puede ser muy cruel a veces, y muy ciega.
La mirada de los demás es todo, y los otros no te ven a vos, ven lo que piensan de vos. La mirada de los otros tiene sonido, voces, susurros… no se puede escapar a lo que ven de nosotros.
Todo se trata de cómo nos ven, y como vemos a los demás. Quedamos atrapados en esa mirada, inmóviles, fijados en lo que creemos que vemos, confiando más en nuestro prejuicio que en nuestros ojos.
Dicen que “la primera impresión es la que cuenta”, pero también que “lo esencial es invisible a los ojos”…
FALLARSE A SI MISMO
Queremos confiar en los demás, siempre esperamos que nos digan la verdad.
La decepción es una de las cosas que más nos lastiman ¿en quién podemos confiar?
Nos preocupamos mucho por no fallarle a los demás, por no defraudar su confianza…No defraudar y que no nos defrauden los demás ¿es eso lo único que importa?
De chico no querés fallar a los grandes; menos querés que los grandes te fallen.
Uno no quiere fallar a la gente que ama ni que ellos te fallen ¿no?
Uno no espera que sus seres más queridos le fallen, que un padre, un hermano, tu novio te falle… ¿Cómo lo soportás?
Pero el peor de los miedos no es que otros te fallen, el peor de los miedos es fallarse a si mismo.